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sábado, 2 de octubre de 2010

¡¡¡Qué insignificantes somos!!!

A principios de esta semana me sentía especialmente bien físicamente. Era como si nada fuera a poder conmigo. Quizás estoy exagerando un poco pero sí que tenía una cierta convicción de que el resfriado de mi mujer no me iba a pasar factura. En cambio, un par de días después estaba con picor de garganta, mucosidad en las vías creadoras de mucus (lo de respiratorias realmente no les era del todo aplicable).

Lo bueno fue que asumí mi derrota a tiempo. Asumí que una, con perdón, "mierdecilla de bichillo" de tamaño nanométrico que pulula por los aires pudiera dar al traste con la confianza que tenía en mi salud física. Tomé paracetamol y la verdad es que me fue bien, aunque todavía hoy sigo con las molestias típicas del resfriado. Por otro lado, el jueves, en pleno resfriado, fui a pasar el reconocimiento médico en la empresa. Curiosamente esta vez me han llamado ellos y no he sido yo el que he tenido que solicitarlo. Aunque creo que tiene que ver que ahora los reconocimientos médicos los paga el seguro médico que te contratan mientras que antes no era así.

Pues bien, me pesaron después de comer y después de hincharme de beber agua para el resfriado y di un par de kilos más de lo que podría haber dado pero bueno, no es algo que me preocupe. Sobre todo teniendo en cuenta que la primera vez que fui al reconocimiento médico pesaba muchísimo más. Luego me hicieron la prueba de la vista, la de audición, el electrocardiograma ... todo normal. Eso sí, me dijeron que soy hipertenso. Tenía 14-9 y me preguntaron si no me lo habían dicho nunca. Respondí que soy donante habitual de sangre y normalmente siempre tengo 14-8, 13-8 aunque alguna vez he tenido 14-9. De hecho, cuando empecé a donar, hace ya algunos años, un día tuve la tensión alta y me recomendaron que la siguiera durante un par de semanas. Así lo hice y el resultado fue que había sido algo puntual: estaba normal.

Así que nada, habrá que ver cómo evoluciona, si era algo puntual, estupendo. Si comienzo a tener la tensión alta con mi edad, habrá que seguir los consejos habituales que son:

-Hacer deporte -> Tendré que hacer todavía más deporte, no solo jugar dos veces por semana sino probablemente dar paseos largos con los perros.
-Reducir la ingesta de sal -> que en mi caso creo que no es excesivamente elevada pero bueno.
-Perder peso -> algo que de todas formas tengo que hacer.

Así que somos doblemente insignificantes. En primer lugar porque llega cualquier bichito y te mete en una cama (cuando no una tumba) con menos dificultad de la que tuvo David con Goliat. Y por otra porque tú puedes creer que estás perfectamente y llega cualquier análisis y te enciende una luz ámbar a la que te quedas mirando con la misma intensidad que si fuera oro y la misma cara de póker que si recibes en tu casa un producto de propaganda interna de la empresa para la que trabajas. ¿El motivo? porque ha cumplido un múltiplo de 5 años, así que te obsequia numerosas fotos de jefes, de algunos de los cuales, ni siquiera has oído hablar nunca. Posiblemente en EEUU tiene más sentido que aquí. A pesar de todo lo conservaré porque parte de su vida, afortunada o desgraciadamente, ha sido y es parte de la mía.

Un saludo, Domingo.

3 comentarios:

  1. Bueno, que pase rápido. Pero está claro, que sin darnos cuentas nos van saliendo cosas derivadas de la factura de la edad. A mí me ha pasado después de los 35. Saludos.

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  2. ¿Un múltiplo de 5 años? No me salen las cuentas

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  3. @La bailarina: Sí, a pesar de todo lo importante es que pase; un día más o un día menos, eso da igual :-).

    @El caminante: La empresa ha cumplido un múltiplo de 5 años, no yo :-).

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