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sábado, 2 de octubre de 2010

Padres e hijos

En realidad lo que me pasó sucedió antes de recibir este powerpoint:
http://www3.powerpoints.org/21/zips/Hijos.pps

Y no estoy seguro de que tenga mucho que ver, salvo que hay hijos por en medio. Dice el powerpoint que solo se aprende a ser hijo cuando se es padre y que solo se aprende a ser padre cuando se es abuelo. No termino estar del todo seguro. Entre otras cosas hasta hace unos siglos, la esperanza de vida de una persona estaba en torno a los 35 años y así, era complicado que un abuelo conviviera mucho tiempo con sus hijos. Entiendo que algunos sí, pero la mayoría es obvio que no.

Por otro lado, suponiendo que aceptamos la teoría de la evolución, que ya hasta hay que precisarlo, tendrían que haber sobrevivido los mejores padres y, quizás, ayudados en alguna medida por los mejores abuelos. Alguien decía también por ahí que la menopausia era un mecanismo natural desarrollado para que las abuelas pudieran ayudar a las madres en la cría de sus hijos. Yo más bien creo que simplemente nuestro mecanismo de envejecimiento no había sido puesto a prueba de modo intenso tal como lo hacemos ahora en los países desarrollados.

Visto así, creo que somos los mejores hijos posibles cuando somos hijos y los mejores padres posibles cuando somos padres. Y, por supuesto, no solo lo somos sino que lo seremos y lo demostraremos llegado el momento. Pero esto no es de lo que quería hablar.

La semana pasada estuve en una fiesta de cumpleaños, la de Leo, el marido de mi prima y padre de mi ahijada. Fue una fiesta de disfraces y la verdad es que hubo disfraces magníficos. Yo llevé el mío de jugador de fútbol, el único que tenía y el único que estaba dispuesto a ponerme tras lo que solían ser dos horas de partido, dos horas que en aquella ocasión fueron tres.

Así que estuve durante todo el cumpleaños prácticamente desaparecido en combate. A todo el sudor que había derramado por la mañana se le unió el del calor propio del aire libre durante el veranillo del membrillo. ¡¡¡Y eso que no paré en todo el día de beber líquidos!!!. Durante parte del evento me senté simplemente a observar a la gente. Estaba la pareja hispano-germana que conocí hará unos 8 años y que no se acordaban de mí. Cuando los vi aquella vez, tanto el hijo menor de mi prima como el de la pareja no eran más que recién nacidos. Ahora ambos son hombrecitos y tienen hermanos menores "a su cargo".

Estos niños me parecieron especialmente interesantes porque no parecían dominar el español tal como cabía suponer a niños de su edad. Luego escuché decir a sus padres que ven toda la televisión en alemán. Eso lo explicaba. La madre me dio algo de pena pues decía algo así como que a veces lo pasaba mal porque veía que se expresaban mejor en alemán, idioma que ella aparentemente no habla. Tener padres con diferente lengua nativa es una ventaja para esos niños, sobre todo si los padres hacen las cosas "bien" y cada uno habla con ellos en su lengua.

Pero también es cierto que conviene que ambos hablen la del otro para que no se produzcan este tipo de cosas. En concreto, ahora los niños podrían planear una trastada o ponerse en peligro, estando su madre presente, hablando en alemán.No es que sea demasiado importante pues lo pueden hacer también a sus espaldas, pero es un ejemplo.

Siguiendo con los niños, también estaba mi ahijada, que no reconoció a sus tíos que se habían disfrazado para el evento cambiando los roles, la tía iba disfrazada de tío y el tío de tía, teniendo tío y tía en este contexto el significado que deben tener.

Y mientras su hermano y su primo creían que jugaban con una espada y un hacha de juguete, juguetes que iban en plena correspondencia con sus disfraces de indio y de árabe. Yo hablé con ellos intentando explicarles que no llevaban una espada y un hacha sino una cimitarra y un tomahawk. No parecieron muy interesados en la diferencia. Un rato después volví a preguntarles por los nombres y ya los habían olvidado.

Y a todo esto, también había por allí un tío y un sobrino. El tío se había hecho cargo ese día del sobrino, era su responsable directo. La cosa empezó mal cuando el niño se quiso quitar la camisa porque hacía calor. El tío le dijo que mientras que los otros niños no se quitaran sus disfraces, él tampoco debía hacerlo. El niño torció el gesto, posiblemente con razón y asintió. Posiblemente ahí empezó algo que se ha producido ya más de una vez.

La motivación del tío para que el niño hiciera eso podrán o no existir y podrán o no entenderse y no voy a entrar en ellas. Pero sí en lo que pasó a continuación pues fui testigo de una charla entre los dos en la cual el tío le decía que era su tío y debía obedecerle. El niño le miraba con ojos de fuego y no decía nada. Bueno, sus cuerdas vocales no vibraban pero las pupilas de sus ojos sí y decían que ...

El tío le contestó algo así como que dejara los "cojones" para otro sitio y le hiciera caso. El niño no dijo nada mientras le miraba fijamente. No pude evitar pensar en César Millán o cualquier otro adiestrador y sus razonamientos con los perros. La batalla dialéctica, si es que a eso se le puede llamar batalla dialéctica, la ganaron los 70 u 80 kilos y el medio metro largo de diferencia que había entre los dos pero el resultado estuvo lejos de ser una derrota. Lamentándolo mucho, me da que volverá a reaparecer, a no tardar mucho y entonces quién sabe qué pasará.

Y es un buen chico, vive Dios que lo es, pero le faltan lo que da inicio al título a la entrada: "Padres". Y no sé si afortunada o desgraciadamente para él, tenerlos, los tiene.

Un saludo, Domingo.

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