Iba yo en el coche y la verdad es que apenas había tráfico. Era algo que no me esperaba. Yo esperaba que la huelga fuera lo que fue, un fracaso en el que se demostraba que la gente estaba harta de gobierno y sindicatos (por no añadir oposición) a partes iguales. La huelga triunfó donde triunfó la coacción y fracasó donde triunfó la libertad, bonito eufemismo para denominar a los sitios a los cuales no pudo llegar la coacción.
Volviendo al tema, conduje hasta el Parque Tecnológico sin apenas coches y, a las nueve, me pregunté si podría dar la rotonda para entrar. Estando en ella ya vi a los piquetes que habían cortado la entrada mientras que los policías vigilaban y mantenían abierta ¡¡¡la salida!!!. Intenté aparcar por donde lo había hecho ocho años antes pero esta vez estaba todo atestado de vehículos así que intenté probar suerte de nuevo con la puerta principal. En esto vi la entrada secundaria semicortada por los restos calcinados de lo que había sido un contenedor de basura y tres o cuatro sindicalistas de estos que cuidan de los trabajadores. Desistí intentar entrar por la entrada y me contenté con un aparcamiento que había libre en la gasolinera.
Tras dejarlo allí, con las dudas sobre si los piquetes se irían paseando por la gasolinera "arreglando" los coches allí aparcados, fui andando hasta mi centro de trabajo. Pasé al lado de varios voluntarios sindicales que no intentaron informarme de nada. Ese tiempo que no perdieron y eso que ganaron. Subí por toda la avenida pensando que el paseo me haría bien dada la vida laboral tan sedentaria que llego. Y estaba llegando ya al edificio cuando veo pasar como exhalaciones a no menos de 5-6 coches. El penúltimo de ellos era el de un compañero que además vino a la boda: Amjad.
Sentí que por llegar a la hora y no 5 minutos después no podría aparcar donde siempre, pero también temí por los coches aparcados dentro del parque, aunque fuera en un aparcamiento privado. ¿No es lamentable que la imagen que tengo ahora de los sindicatos, que tantas cosas buenas han hecho, sea esta?. Pues sí, pero creo que es más culpa suya que mía. Si ellos no sufrieran la misma enfermedad de la que adolecen los partidos políticos, otro gallo cantaría.
Una vez en el trabajo, yo diría que había un 40% de asistencia, menos de lo que yo me esperaba. Aunque, a esa hora, solo un porcentaje mínimo había dicho que faltaban por la huelga, el resto o se lo había pensado mejor ese día o simplemente se lo habían cogido de vacaciones. En el restaurante donde solemos comer, a la hora habitual, digamos que la mitad de las personas aunque cuando nos íbamos ya estaba casi lleno. En otras empresas, prácticamente sin cambios. El único sitio donde parece que hubo algo más de seguimiento fue en las funerarias y no porque los funerarios se pusieran en huelga sino porque la gente prefirió no morirse ese día. Así que tampoco tuvieron mucho trabajo.
Y poco más. Al acabar el día fui hasta la gasolinera, me encontré con el coche impoluto y, aliviado, lo dejé de lado momentáneamente para sacar una foto al contenedor de basuras calcinado.
Así acabó la segunda huelga general que me ha tocado vivir en mi vida laboral.
Domingo 2-0 Huelgas generales. pero no adelantemos acontecimientos que la vida es muy larga, esperemos, y habrá ocasión de recortar distancias.
Un saludo, Domingo.
Yo no voy a hacer comentarios porque creo que la ira hablaría por mí ;-).
ResponderEliminarBueno, ciertamente tú ya tienes experiencia con humanoides que intentan hacer carrera sindical en vez de hacer bien su trabajo. Así que sí, mejor que no digas nada :-). Por cierto, he subido la foto del contenedor quemado, que me faltaba.
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