Y sí, muy probablemente tiene razón y no solo pase con Friends sino que también pasa con Frasier. No en vano estamos hablando de series con diez-once temporadas a veintitantos capítulos por temporada. Es decir, 200-250 capítulos en los que, quiérase o no, no hay más remedio que poner a los diferentes personajes en multitud de circunstancias basadas en la experiencia de los guionistas.
Y todo esto, evidentemente, porque ahora estoy viendo la serie. Está muy bien, si no no habría estado en antena 11 temporadas, y si acaso lo único que no me termina de gustar es que casi todos los capítulos responden al mismo esquema: Frasier y su hermano Niles parece que van a triunfar en algo, normalmente en su vida afectiva, y justo cuando ya acarician ese algo, normalmente una mujer, llega uno de los dos, o los dos y lo estropean todo.
¿Y por qué saco a colación la serie y la cita de mi amigo?, pues simplemente porque en la última semana me han ocurrido un par de cosas que, en cierta forma, he podido ver reflejadas en la serie o incluso han sido parcialmente causa de ellas. La primera es que, en un capítulo, Frasier va intentando ayudar a todo el mundo, sin conseguirlo, naturalmente. De hecho cada gesto que hace para con la sociedad, esta se lo devuelve cargado de cierto contenido bilioso. Así estaban las cosas hasta que una noche, yendo en su BMW, se encuentra con una chica joven en una oscura calle, arrecida de frío y empapada por la lluvia.
Duda mucho pero decide ser fiel a sus principios, recogerla y llevarla al sitio que fuera. Nada más entrar en el coche se da cuenta de que la chica es una prostituta que le ofrece sus servicios. No le da tiempo de rechazarlos cuando una patrulla de policía para a su lado. Intentando explicarse descubre que los niveles de testosterona del "chico de vida alegre" era muy elevados. Así que acaba en la comisaría donde trabajaba su padre, ex-policía, que tiene que ir a sacarlo.
En ese momento desaparece todo y se vuelve a ver Frasier en la escena del callejón oscuro y la lluvia. Estaba sopesando por un lado la posibilidad de que ocurriera lo anteriormente descrito y por otro qué le diría a su hijo si este le preguntara por qué no había ayudado a esa chica. Así que decide asumir el riesgo. Deja entrar a la chica, le pregunta donde va y ella responde algo así como ... "Al mismo sitio que tú (tenso silencio) ... te conozco, vivimos en el mismo edificio (Frasier vive en un apartamento de lujo)". Y ahí acaba el capítulo.
Pues bien, el otro día en el trabajo me enviaron una encuesta. Yo siempre las he contestado porque pensaba que era lo mejor que podía hacer. Sobre todo porque estamos hablando de encuestas anónimas teóricamente destinadas a conocer los problemas de los empleados y tratarlos, en la medida de lo posible. Este año decidí que no iba a rellenar la principal encuesta que nos piden todos los años. Pensé que mi pensamiento actual estaba mejor representado así que haciéndola y poniendo valoraciones negativas allí donde correspondiera. Y a esto que me llega otra encuesta, encuesta sobre cómo se percibe la ética en la empresa, entre otras cosas.
Igual que las demás, me pedían que contestara y fuera sincero. Y al igual que con la otra, no iba a contestarla. Sin embargo me acordé del capítulo de Frasier y pensé que si había algo que me resultara incómodo era mejor expresarlo en esa encuesta anónima (yo realmente tengo la plena certeza de que son anónimas, otra cosa diferente es que sea hasta relativamente fácil saber, más o menos, qué persona ha respondido o, al menos, a qué grupo pertenece. Así que la rellené y fue sincero... aunque no necesariamente explícito.
Esto debió ser el martes o el miércoles. El jueves pude comprobar en persona que hay gente que habla cuando debe, incluso en situaciones en las que yo no sé al cien por ciento si lo haría. No es nada grave, pero creo que sí sintomático. El jueves por la mañana aparqué en el mismo descampado de siempre, aunque no en el mismo sitio. Me dirigía a donde suelo aparcar cuando vi precisamente al de Friends y decidí aparcar a su lado. Aparcamos y nos dirigimos hacia nuestro lugar de trabajo. Luego, por la tarde, salí un pelín más tarde de lo habitual, lo suficiente como para la llegada puntual al partido de fútbol de los jueves peligrara.
Total que voy llegando al coche y, al ir a entrar, veo un folio pegado con Fixo en la puerta. En el folio me dicen que me han dado un golpe al intentar aparcar y que el coche del culpable posiblemente estuviera todavía a mi lado (yo ya había aparcado, el golpe fue posterior por lo que imagino que la persona que lo vio pensó que quizás yo saliera de trabajar antes que el otro coche). Pero no, a mi lado no había coche. Y supongo que gracias a la picardía de dejar el mensaje en la puerta en vez de en el parabrisas, la persona que conducía ese coche ni se imaginaba que yo sabía quién era.
A pesar de todo, yo lo veía bastante complicado porque no tenía ninguna prueba salvo ese anónimo guiado, supuestamente y solo supuestamente, por la buena intención. La única prueba era el parachoques ligeramente descolgado que había recibido el impacto. Sin embargo, el viernes lo vi con otro color. Entré y salí de trabajar como de costumbre y, cuando llegaba al coche, vi a lo lejos uno que se correspondía a la descripción que me habían facilitado.
Me acerqué y pude ver l parachoques trasero descolgado, justo en el lugar que se correspondía con la maniobra de aparcamiento que el mío frustró. Incomprensiblemente el coche estaba aparcado en el mismo sitio donde tuvo lugar el incidente del día anterior. Así que saqué unas fotos con el teléfono móvil y pedí, de nuevo al de Friends, que estaba saliendo del trabajo, que me acercara papel y bolígrafo pues yo no tenía en el coche.
Le escribí una nota apresurada diciéndole que el día anterior me había dado un golpe y que, por favor, me diera los datos del seguro. Finalicé dejándole como medio de contacto mi número de Fonyou. Por la tarde miré varias veces el móvil para ver si me llamaba. Quería además saber más o menos cuándo salía de trabajar. No recibí ninguna llamada. Es una pena porque yo confiaba en que fuera alguien despistado que mirara luego el coche, no advirtiera que el parachoques estaba descolgado y se fuera sin darle importancia. Una persona así hubiera llamado al instante ... bueno, no sé si al instante pero al menos hubiera llamado.
Yo me encuentro bastante tranquilo. He remitido al seguro todos los datos y pruebas y creo, no sé si será ingenuidad, que el otro seguro podrá alegar poco. ¿Será esto un "premio" por ser honesto en la encuesta? ¿Por ver Frasier?. Más bien debe ser casualidad pero nuestro cerebro está entrenado para ver este tipo de casualidades y convertirlas en causalidades.
Bueno, esta era la parte importante porque al fin y al cabo es la que incumbe a las personas y cómo nos comportamos. Vuelvo a decir que no sé qué hubiera hecho yo en una situación así. Quisiera pensar que hubiera dejado también un anónimo o incluso un documento hológrafo. Pero claro, lo cierto es que no ha pasado y la verdad es que hasta que no llegue el momento no sé si sería capaz de hacerlo o no.
Y ahora queda una que es más anecdótica. Además en esta Frasier llega después del hecho. El hecho, la tontería más bien, es que el otro día se me ocurrió que una empresa, funeraria, probablemente, podría dar más servicios por internet. La web sería algo así como www.miobituario.com . Bueno no, porque acabo de ver que existe y que el contenido no es precisamente el que yo quería. Es más, acabo de ver que el que yo quería era parecido pero no exactamente ese: http://www.mipropioobituario.com
Pero, para que nos hagamos una idea, esa sería la web y haría lo siguiente:
- Te permitiría escribir tu obituario.
- Te permitiría elegir los medios de publicación.
- En los medios digitales, te permitiría hasta elegir los comentarios que la "gente" debía hacer (donde se pueda, claro).
Bueno, ciertamente esto no tiene que ver mucho con la honestidad de la que hablaba en el caso anterior. Pero claro, esto son negocios y servicios. Servicios que, además, me extrañaría que no estén proporcionando las funerarias. Si lo hacen tras él óbito/exitus letalis ¿por qué no hacerlo antes?. Y si no, si alguien retoma la idea, por favor que se acuerde de mí :-). Se lo tengo que comentar a mi hermano por si acaso :-P.
Me doy cuenta de que asociamos de forma demasiado natural el hecho de que algo sea un negocio con el hecho de que se pueda mentir/manipular. Lo bueno del caso que propongo yo es que no se hace daño a nadie. Se hace feliz a alguien mientras está vivo y, cuando ya no lo está, si hay alguien que se lo toma a mal, al menos tiene su oportunidad para que se rectifique.
¿Bueno y la relación con Frasier?. Pues precisamente unos días después en un capítulo, Frasier se va de un hospital, alguien asume su identidad, muere y dan la noticia de su muerte en todas las televisiones (era locutor de radio). Tras esa experiencia, nada traumática por cierto, decide que mejor empieza a preparar el momento auténtico. Escribe lo que le gustaría que fuera su obituario y se prepara para ir haciendo las cosas que luego le gustaría que se dijeran de él. La gran mayoría de las cosas son irrealizables, por supuesto, pero hay alguna que otra como aprender alemán o ruso y hacer sus propias traducciones de la obra de Freud (es psiquiatra).
El caso es que cuando lo vi pensé: ¡¡¡Frasier lo que necesita es www.mipropioobituario.com!!!
Un saludo, Domingo.