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sábado, 30 de octubre de 2010

Hace un año

Hacía un año que no pesaba lo que peso ahora. La ventaja es que ahora sí creo que me voy a quitar la espinita esa de no haber llegado a los 80 kilos. Hacía un año también que no me encontraba tan bien jugando al fútbol y es que, parece mentira, pero tres kilos más o tres kilos menos pueden suponer una gran diferencia. Lo mismo cuando baje de los 80 descubro que soy hasta bueno :-O. No creo que caiga esa breva.

El caso es que he ido a mirar el blog del año pasado para ver qué estaba haciendo yo por estas fechas y me he encontrado con la sorpresa de que no había ninguna entrada en octubre :-O. Así que he ido al de Bratislava y entonces sí que he encontrado alguna que otra cosa. Y precisamente alguna que otra cosa que estuve comentando hará unos días con alguien o sobre la que he estado pensando. Por lo pronto, veo que hace un año, día más o día menos, que tuve la gastroenteritis que me tuvo un día en cama y varios días ronco. Hace también un año, día más o día menos, que estuve buscando sin éxito algún líquido isotónico y al final me tuve que contentar con tónica Swep..., como se escriba :-), de sabor limón. Y faltan unos días para que haga un año desde que vi nevar camino al trabajo.

Hace un año empezaban mis dos últimas semanas de asignación en Bratislava. Está bien eso de que haga un año, así el cansancio de los aviones es solo un vago recuerdo y los libros que leí y la experiencia vivida es un buen recuerdo. Uno de esos recuerdos es, precisamente, el cambio de hora. ¡¡¡Qué sensación tan rara eso de que sea de noche a las 4 de la tarde!!!. Y otro de ellos es el "Je descends" de aquel pasajero en París. Eso es precisamente lo que comentaba el otro día con dos compañeros.

Empezamos a contar batallitas sobre vivencias pasadas en aeropuerto. Creo que salió a relucir tras hablar de una película que, según parece, protagoniza George Clooney y va sobre eso. Entonces, las anécdotas se sucedieron y dos de nosotros habíamos pasado por la experiencia de que el vuelo se retrasara porque alguno de los pasajeros, al final, no voló. Bueno, en mi caso el pasajero había entrado y, se supone que su pánico a volar, le aconsejó salir de nuevo. En el otro caso lo que pasó es que una señora se había emborrachado en el bar al lado de la terminal y ni siquiera se enteró de que la llamaban.

Cambiando de tema, esto creo que fue el martes de esta semana (lo de los comentarios, no lo de la borrachera de la señora). El jueves tuve un día un tanto curioso. En primer lugar, tras la comida, me dirigí a la comisaría a renovar el carnet de identidad. Me encontré con que abrían a las 15:00 y había gente haciendo cola. Yo tenía la esperanza de que no cerraran, no hubiera mucha gente y poder entrar yo antes de las 16:00 que era la hora a la que tenía la cita. Para colmo de "desgracias" (es obligado entrecomillar esta palabra dada la extraordinaria tibieza de los hechos que relato), no llevaba fotografía y la tienda de fotos tampoco abriría hasta las 16:30. A todo esto se sumaba que yo tenía una reunión de trabajo precisamente a las 16:00. Así que nada, un pan con unas tortas.

No me quedó más remedio que volver al trabajo y llegarme al final del día. Así hice. Tuve suerte para encontrar aparcamiento, me saqué las fotos y llegué a la cola. Pregunté, pensando que todos tendrían su número, y me encontré con que era la cola de los "sinnúmero". Volví a preguntar y me dijeron que no sabían cómo iba aquello. Íbamos bien. Así que me acerqué al agente que custodiaba la entrada y volví a repetir las preguntas. Este hombre, con cara de ... "lo voy a tener que colar porque tenía cita y el resto se me va a enfadar" me preguntó que a qué hora tenía la cita y por qué no había podido acudir. Le contesté, le expliqué también que no me importaba guardar cola pero que simplemente quería saber cómo iba aquello. Y entonces me dijo que pasara y le dijo a alguna de las funcionarias que había por allí que tenía número. Y nada, tras un ratito firmando, pagando ensuciando lectores de huellas y demás, salí con mi DNI nuevecito. Igualito que hace unos años.

De hecho, creo que hace 5 años (que fue la última vez que lo renové) todavía te daban el resguardo y tenías que pasarte al mes siguiente a recoger el carnet. No toda las modernidades son malas, en absoluto, Es más, ahora después voy a intentar pasarme por alguna tienda a ver cuánto cuestan los lectores digitales de DNI electrónico. He visto por ahí alguno barato pero creo que eran para una torre. Lo suyo es que sea USB para poderlo poner en los portátiles ¿no?. La verdad es que dudo que alguna vez vuelva a comprarme una torre. Como mucho, un monitor grandote como el que hay en casa de mis padres :-D.

Y creo que ya está. Este punto es tan bueno como cualquier otro para dar fin a esta un tanto insustancial entrada. Esta, a pesar de tiene que ver con el tiempo, creo que no la voy a etiquetar como "cápsula del tiempo". No sé por qué :-D. Ahh, hablando de tiempo, estoy viendo Lost. Quizás comente algo al igual que cuando comenté sobre Frasier. O quizás no. Ya veremos.

Un saludo, Domingo.

sábado, 23 de octubre de 2010

Liderazgo

El curso de esta semana no era exactamente sobre liderazgo, aunque algo de ello se hablaba. Lo impartía un catalán no nacionalista, ex-jugador del español (creo que B) , aficionado al Real Madrid y creo que también a la buena vida. Su peripecia vital me recordó a aquel otro instructor de un curso al que fui a Madrid. Aquel hombre tenía un cierto cargo en un ministerio, impartía también clases en la academia, había sido periodista, lo echaron del algún importante rotativo, se pasó al mundo de la informática cuando comenzaba en España hará 30 años y llegó a ser hasta freelance en Guinea, si no recuerdo mal. Era nacido en el País Vasco, tuvo que huir junto a su familia, no hablaba vasco pero curiosamente sí catalán. Ahh, y era vecino de un líder sindical que tenía un piso de 70 millones (en el 2002) en Madrid y dos BMW en el garaje. Yo deduje que su piso no debía valer mucho menos. Pero eso daba igual, era buen comunicador que era lo que hacía falta para dar el curso.

Total que este instructor nos propuso una actividad relacionada con el contenido del curso, cómo llegar a acuerdos. Puso un tema sobre la mesa, la parrilla de TV. Nosotros tendríamos que inventarnos un personaje con una historia que defender e intentar llegar a un acuerdo común con el resto de asistentes. Puedo pecar de falta de modestia pero creo que fui el que mejor preparó el simulacro. El resto de compañeros debían defender, porque así lo eligieron, que se reorganizaran los canales de TV en canales temáticos, que aumentara la calidad de las emisiones, que subieran los ingresos por publicidad, que aumentaran el número de horas dedicadas a cine y, por último, que se cumplieran las órdenes políticas que decían que solamente se podía añadir un nuevo canal o reorganizar los existentes (esta era la postura más fácil y además la escogió alguien a quien le gusta (porque le sale naturalmente) ser el moderador en reuniones de este tipo. Y, por supuesto, faltaba mi postura: la creación de Belén Esteban TV. El fracaso estaba cantado, pero yo confiaba en convencerlos. Así que me preparé:

En primer lugar, los datos: La televisión debe Entretener, educar e informar. Los porcentajes actuales (inventados) son:
90% entretenimiento, 1% educación, 9% información.
El objetivo al que se debería intentar llegar:
50% entretenimiento, 25% educación, 25% información.

¿Cómo conseguirlo?. Evidentemente no se puede hacer en un solo paso, hay que ir poco a poco y sin dar la espalda al público o caeríamos en el "todo para el pueblo pero sin el pueblo". ¿Cuál era la propuesta de mi compañía que tenía los derechos de Belén Esteban?. La propuesta era simple, la creación de un canal propio. Con este movimiento conseguiríamos los siguientes objetivos:
  • Reunir gran cantidad de los "activos tóxicos" en un único canal, algo parecido a los "bancos tóxicos" que se crearon en algunos países tras la crisis financiera.
  • Obtener una cantidad ingente de ingresos por publicidad, el 50% de los cuales iría directo a sufragar contenidos educativos en otras televisiones.
  • Tener encantadísimos de la vida al segmento de mercado que ve prensa rosa e igualmente a los que no la ven ya que las cadenas generalistas no podrían competir con la oferta de Belén Esteban TV además de recibir financiación extra por emitir contenido educativo.
  • Establecer las bases para una futura BETV2 (que, por supuesto, también controlaría mi grupo) de forma que el contenido rosa quedase reducido solo a estas dos cadenas y el resto fuera, digamos, toxic-free. Esto iría en línea con la reordenación por canales temáticos, que yo no veía pues las cadenas generalistas ya tienen su modelo de negocio y "esto no es Venezuela".
Pues bien, tras las exposiciones de mis compañeros, en general bastante más vagas y sin soporte numérico detrás. Tras incluir en mi propuesta todas y cada una de las suyas (bien ahora bien en la segunda fase), el resultado fue aplastante. Todos votaron en contra mi propuesta, la única concreta y a favor de la genérica, reordenar los canales actuales y hacerlos temáticos.

Esto me recuerda aquel horóscopo chino que tenía Terra y que, para el Dragón de fuego (mis coetáneos) nos decía que seríamos unos magníficos líderes si la gente nos siguiera. Lo primero no está claro, lo segundo sí; la gente, al menos a mí, no me sigue :-).

Un saludo, Domingo.

Barrio Sésamo: Lento y Rápido

Posiblemente el título de la entrada no es el mejor título de entrada que haya escrito, pero fue lo primero que se me vino a la mente que estuviera relacionado con lentos procesos o rápidos acontecimientos. Y es que hay cosas que llevan su tiempo. Por ejemplo, cocinar una rana. Luego en otra entrada comentaré algo sobre el curso al que asistí esta semana pero en ese curso volvieron a comentar cómo se cocina una rana. Para cocinarla viva (aunque no sé muy bien por qué hay que cocinarla viva), hay que introducirla en agua fría y luego ir calentándola poco a poco. Así la rana se va encontrando a gusto, se va relajando y, cuando el calor llega a ser excesivo, no puede reunir fuerzas para salir. Por el contrario, si se metiera la rana en agua hirviendo, la rana daría un salto. Saldría escaldada, pero saldría.

Esto ya lo había leído yo una vez en un texto previo al reconocimiento de la crisis por parte del gobierno, de un reputado economista, profesor de universidad, catalán nacionalista y tesorero del Barcelona (o ex-tesorero) Xavier Sala-i-Martín (las propuestas económicas de CiU, partido del que es simpatizante este hombre, normalmente siempre me suelen parecer muy sensatas).

Pues bien, como decía al principio, hay lentos procesos que parece que nunca van a acabar y alguno de ellos hasta nunca acaban. El límite sería posiblemente el más famoso proceso, el de Kafka. Lo normal suele ser que el proceso acabe, tras un tiempo superior al deseado, quizás incluso cuando ya sea tarde, pero acabe. Otra cosa será que luego se perfeccione y pongo como ejemplo las resoluciones legales que dan la razón a fulanito o a menganito pero que no se aplican porque el partido político de turno considera que no le da votos.

Uno de esos procesos, todavía en marcha, es mi pérdida de peso. Los primeros resultados son bastante positivos: dos kilos en tres semanas. Y hay que ver cómo se notan esos dos kilos de menos a la hora de correr detrás de un balón. En un período parecido podría estar rozando mi primer objetivo, los 80 kilos. Como he dicho alguna vez, ya el año pasado me quedé con las ganas. Pero este año, con fuerza de voluntad y mi mujer acompañándome estoy bastante convencido de lograrlo, de forma que el auténtico reto podría ser bajar a los 75. Para ello, necesitaría varios meses (como siempre que he perdido peso), nada que ver con el tiempo que lleva salir de un grupo de internet.

Y es que frente a los meses o incluso años que se requieren para hacer algunas cosas (otro ejemplo es pagar una hipoteca), frente a eso están los acontecimientos que en cuestión de días, o incluso segundos te cambian la vida, poco o mucho. Al instructor del curso de esta semana le cambió mucho la vida. Con 21 años un defensa rival se cargó su rodilla: la famosa tríada, la lesión más temida por casi todo deportista. Y tuvo que dejar el fútbol. También en cuestión de segundos, otro día pasaba por una plaza llena de intransigentes. Acabó a hostias con dos y también con dos, pero esta vez dientes, menos.

Yo en cambio hoy he dejado un grupo de internet en el que llevaba varios años. No es mi intención contar aquí qué ha pasado (o cuál es mi versión sobre lo que ha pasado) ni quien podía tener más o menos razón y por qué. Simplemente me he ido porque he interpretado que eso era lo que se esperaba de mí y además que era lo mejor para que el grupo siguiera. Ciertamente me apena, pero tampoco me ha temblado el pulso. Hay cosas que pasan lentamente, como lo que hacemos cada día mientras buscamos nuestros objetivos, es decir, la propia vida y hay cosas que pasan rápido. En ambos casos lo mejor es asumir pronto el nuevo estado y tirar hacia adelante.

Un ejemplo de esto es una tía de mi madre a la que estuve visitando el otro día en el hospital. Años de diabetes la condenaron a tener una pierna menos. Con una fuerza de voluntad y un amor por la vida envidiables al poco tiempo ya estaba de aquí para allá en su silla motorizada. Años después, ya no le falta solo una pierna. Sin embargo ahí estaba con su venda atada al pie de la cama haciendo ejercicios para restablecerse y seguir con su vida en el menor tiempo posible. Ella lo decía: no me puedo venir abajo, si lo hago, en vez de 5 años que me puedan quedar de vida me quedarán dos o me quedará uno. Recuerdo todavía cómo, cuando era un niño, la veía aparecer en casa a veces. Había cogido su autobús en Vélez-Málaga, se había venido a Málaga a vender quesos, aprovechaba para ver a su hermano, su cuñada, sus sobrinos y se volvía. Además es una mujer con una increíble lucidez, siempre lo ha sido. Es una pena que una mujer así haya tenido que pasar y siga pasando por esto (aparte de los problemas familiares que ha padecido) pero posiblemente, si alguien puede superarlo, es ella.

Y eso sí que son problemas, no que alguien pueda opinar algo o lo contrario, sobre ti o sobre otros. En relación con esto último y para acabar, más noticias de trabajo. El otro día, a causa del curso, me perdí una reunión en la que se iba a contar cómo será la nueva organización del equipo. Luego recibí un correo con los detalles: Nihil novum sub solem. Lo curioso es que en el gráfico se podía ver ... gráficamente, para eso era un gráfico, algo muy interesante. Y eso tan interesante no es mas que yo estaba metido con calzador. Algo así como en una situación de responsabilidad sin apenas responsabilidades. Hay dos posibilidades para esta situación:
1.- Evolucionará lentamente y mejorará o empeorará a voluntad.
2.- Evolucionará bruscamente y mejorará o empeorará a voluntad.

Vamos como en Barrio Sésamo: rápido o lento.

Un saludo, Domingo.

sábado, 16 de octubre de 2010

A dieta

A dieta o, para ser más honestos con la verdad, a medio-dieta. Algo así como la dieta que seguí el año pasado y que me ayudó a perder diez kilos, es lo que estoy haciendo ahora. Esta vez, acompañando o acompañado, peu importe, voy a intentar franquear ese umbral de los 80 kilos que se me resistió el año pasado. De hecho, mi objetivo ideal serían 75 kilos, un peso que posiblemente se acerque bastante a lo que podría ser un peso ideal para mi persona y mi constitución.

Por lo pronto y no sé si será casualidad o autosugestión, estoy empezando a recuperar algunas de las sensaciones del año pasado cuando jugaba al fútbol con un peso de 82 kilos. El jueves pasado, perdíamos 3-0 y, a la desesperada, nos pusimos a presionar arriba. Yo estoy particularmente convencido de que, con mi carencia de técnica, es casi lo mejor que puedo hacer, estorbar al que saca el balón del equipo rival. Esta vez, no por culpa directa de la presión pero posiblemente sí por culpa indirecta, robamos tres o cuatro balones a su defensa. En otra ocasión hubiera significado el empate pero esta estábamos demasiado espesos y nos tuvimos que conformar con un honroso 3-2 y el miedo en el cuerpo.

Aunque casi mejor que eso fue que me pude en cierta forma desquitar de la semana anterior. La semana anterior había jugado de portero un par de veces y en ese par de veces me colaron cuatro goles. Apenas tiraban y, cuando me ponía yo, tiraron seis veces. De esas seis, dos entraron de forma inapelable, absolutamente pegadas al palo, dos conseguí sacarlas con un cierto esfuerzo debido a mi escasa estatura, golpearon en el larguero, rebotaron y recibieron sendas oportunidades (las que faltaban) para solo tener que empujar el balón.

Esta vez, en cambio, fui yo el que marcó. Fue tras un robo, un jaleo dentro del área, me llevé el rebote, disparé, tocó el pie de un rival (que se torció el tobillo), tocó la mano del portero y entró. Lo malo de la jugada fue, evidentemente, la torcedura de tobillo. Además se trataba de un chico que ya tuvo una pequeña rotura fibrilar hace unas semanas y reaparecía esta. Pero bueno, son gajes del oficio, fue muy mala suerte porque la velocidad de mis disparos no es precisamente de las más altas del espectro de velocidades de los que disparan flojo y fue evidentemente sin intención. Ya habría cambiado yo el gol por la ausencia de lesión. Quizás con reticencias, pero lo hubiera cambiado :-).

Y esta mañana hemos vuelto a las andadas. Toda la gente que estaba viniendo últimamente hizo novillos y nos encontramos jugando al fútbol los cinco de siempre. Pero no ha estado mal porque también me ha permitido ensayar mi más que defectuoso uno contra uno e incluso marcar algún que otro gol que ha sorprendido a propios y extraños. De hecho, tras uno de ellos, alguien cuyo nombre no voy a desvelar gritó:
¡¡¡Toma nabo americano!!!.

A pesar de que es fútbol sala y además jugamos con reglas indoor, nos quedamos en fuera de juego. Por supuesto eso no evitó las repetidas alusiones a la expresión que se produjeron después y que se producirán durante las semanas venideras :-). El autor de tan curiosa expresión no quiso revelar de dónde venía. A los 5 minutos, tras darle unas diez vueltas al asunto, un par de ellas por minuto, creo que conseguí dar con la clave:

Lo curioso es que no me confundiera yo, que con la dieta debería ser más propenso a ver vegetales por doquier. Pero la dieta es más de comer menos que de comer mejor pues considero que ya como aceptablemente bien, aunque la hortaliza en cuestión no esté entre mis favoritas :-).

Un saludo, Domingo.

sábado, 9 de octubre de 2010

Seres invisibles

A veces me siento invisible ... y de esas veces, alguna que otra la sensación me gusta. Hasta es posible que cada vez más :-). En cualquier caso, esta semana me sucedió algo curioso. Llegó al trabajo alguien a quien conocí brevemente en Bratislava. Supuse que, cuando llegara, me llamarían. Supuse mal. La verdad es que no me importó porque más bien temía que me llevaran a comer con ellos. No por nada sino porque ello supondría dejar tirados a la gente con la que suelo comer sin darles apenas tiempo para buscar un plan B.

El caso es que allí estaba, junto con el resto del equipo que afortunada o desgraciadamente para ellos no han caído en el ostracismo ... todavía. Y es que, a falta de que me recuperen para la sociedad con alguna labor menos marisquera, aunque no necesariamente más gratificante, que apagar fuegos, ahora la verdad es que no han asignado ninguna ocupación que quite el hipo. Más bien al revés.

Quizás por eso, creí percibir alguna mirada escrutadora un par de días después cuando nos reunimos con este hombre. En concreto, había preguntado al equipo por sus inquietudes y el equipo se había expresado de forma cautelosa. Bueno, de forma verbalmente cautelosa pues no hacía falta más que un poco de lenguaje visual para saber que no estaban siendo necesariamente sinceros o que al menos se reservaban sus opiniones al respecto para un mejor foro: la hora de cualquier comida en la que no hubiera jefes.

Como digo, creí percibir alguna mirada escrutadora cuando yo sí respondí lo que creía. Aunque, evidentemente, guardando las formas, que no es plan de tirar piedras sobre tu tejado. Pero si querían que me hubiera envainado las opiniones, tendrían que haberlo hecho con anterioridad a la reunión: ya era tarde, ellos preguntaban y yo contestaba.

Y así, sin que nada más ocurriera, salvo esa intuida mirada escrutadora, acabó la reunión y volví con lo mío, unos informes de complejidad paralela a su urgencia. Y acabé uno de ellos que resultó complejo de validar y acabé otro que, una vez empleado cierto ingenio, no era tan complejo como parecía. Y sé poco más, ni siquiera en cuáles de las cosas urgentes me van a emplear la semana que viene. Aunque tampoco me importa, al fin y al cabo me pagan por trabajar. Definitivamente, sin estar mal cuando no se es, aveces se está mejor siendo invisible :-).

Un saludo, Domingo.

Dinero, maldito dinero

http://www.quedeletras.com/letra-cancion-fiel-amigo-bajar-39327/disco-las-playas-de-invierno/el-barrio-fiel-amigo.html

Eso dice una canción de "El Barrio". Y es que en un mundo donde la unidad estándar de longitud son los 15,6 cms, que dicen que mide el billete de un dólar (a pesar de que el que hay en la wikipedia en mi monitor mide mucho más), a todos nos gustaría tener más cosas y/o dinero. Yo no soy una excepción, si pudiera quitarme la hipoteca ahora reconozco que no lloraría mucho. A pesar de todo, una cosa es la hipoteca de una casa, que debes, y otra unos cuantos millones de euros para crear empresas. Y una cosa es tener casi 35 años y otra tener justo el doble, 70.

70 años tiene Pepe, con quien juego al fútbol todos los sábados y quien hasta no hace mucho iba y venía en bicicleta. Pepe se jubiló hace ya muchos años, una de estas jubilaciones que no tiene mucho sentido para el país pero sí para una empresa y un trabajador. Cuando yo empecé a jugar con él, debía tener unos 57. Ya estaba jubilado y le creí entender que vivía de su jubilación y los intereses de la indemnización que le habían dado. Desde entonces, que yo haya visto, se ha limitado a hacer deporte, ser feliz con sus hijos, nietos etc. Es lo que me gustaría hacer a mí, llegado el momento.

El el otro extremo, también con 70 años, se encuentra mucha gente, pero en particular una persona de la que me hablaron el otro día. Esta persona tiene una muy buena situación económica, no se termina de jubilar de lo suyo y la cabeza le bulle de ideas y proyectos. Esta persona, también resulta que juega los mismos números a la primitiva desde hace muchísimos años. Y esta persona casi ganó el gordo de la primitiva recientemente: le faltó un número. Conclusión, un giro más o menos de una bolita hizo que ganara 3.000 euros en vez de una pimporrada de millones de pesetas y unos cuantos de euros.

Esta persona, con una salud general que podríamos calificar de mejorable, llegó completamente indignada a su casa. Al parecer su mujer se alarmó bastante al verlo en ese estado y le preguntó a, digamos Juan Carlos, qué le había pasado. Juan Carlos entonces explicó que le había tocado la primitiva (aunque, por lo que cuentan, más bien pareciera que lo hubieran atracado). Juan Carlos se quejaba amargamente de su mala suerte y de todas las cosas, entendiendo por cosas proyectos empresariales, que podría haber empezado con ese dinero.

Y he aquí que, una persona sin problemas de dinero, con la vida resuelta, disfrutando de sus nietos y de sus amados Lakers, al parecer solo pensaba en crear empresas (cosa que por cierto le honra, ya podía tomar nota el gobierno). Una persona cercana a la familia me decía que, afortunadamente, no le había tocado esa lotería primitiva. Cada cierto tiempo escuchamos la historia de alguien que lo tuvo todo y que lo perdió, sobre todo si el dinero llegó tan fácilmente como a través de un boleto de lotería y se fue tan fácilmente como en inversiones sin sentido.

En este caso es posible que no hubiera pasado esto. Al fin y al cabo Juan Carlos debe tener su cabeza lo suficientemente bien amueblada como para que no le pasara. Sin embargo sí es posible que este dinero le hubiera distraído de lo que puede ser una feliz vejez. Y a esto era a lo que se refería mi confidente. Dinero, maldito dinero.

Eso sí, quizás este año sea la primera vez que compre lotería en mi empresa. ¿Quién sabe? :-).

Un saludo, Domingo.

sábado, 2 de octubre de 2010

Huelga general

¿Cómo no?. Tenía que hacer referencia a la huelga que el pasado miércoles ¿paralizó? el país. Repitiendo los mismos pasos que diera durante la huelga del 2002 contra el gobierno de Aznar, esta vez tampoco me sumé a ella. Ni pedí vacaciones como hicieron otros compañeros, más por deseos de quitarse de posibles problemas que de nadar y guardar la ropa, yendo a la manifestación sin que les quitaran un día de sueldo.

Iba yo en el coche y la verdad es que apenas había tráfico. Era algo que no me esperaba. Yo esperaba que la huelga fuera lo que fue, un fracaso en el que se demostraba que la gente estaba harta de gobierno y sindicatos (por no añadir oposición) a partes iguales. La huelga triunfó donde triunfó la coacción y fracasó donde triunfó la libertad, bonito eufemismo para denominar a los sitios a los cuales no pudo llegar la coacción.

Volviendo al tema, conduje hasta el Parque Tecnológico sin apenas coches y, a las nueve, me pregunté si podría dar la rotonda para entrar. Estando en ella ya vi a los piquetes que habían cortado la entrada mientras que los policías vigilaban y mantenían abierta ¡¡¡la salida!!!. Intenté aparcar por donde lo había hecho ocho años antes pero esta vez estaba todo atestado de vehículos así que intenté probar suerte de nuevo con la puerta principal. En esto vi la entrada secundaria semicortada por los restos calcinados de lo que había sido un contenedor de basura y tres o cuatro sindicalistas de estos que cuidan de los trabajadores. Desistí intentar entrar por la entrada y me contenté con un aparcamiento que había libre en la gasolinera.

Tras dejarlo allí, con las dudas sobre si los piquetes se irían paseando por la gasolinera "arreglando" los coches allí aparcados, fui andando hasta mi centro de trabajo. Pasé al lado de varios voluntarios sindicales que no intentaron informarme de nada. Ese tiempo que no perdieron y eso que ganaron. Subí por toda la avenida pensando que el paseo me haría bien dada la vida laboral tan sedentaria que llego. Y estaba llegando ya al edificio cuando veo pasar como exhalaciones a no menos de 5-6 coches. El penúltimo de ellos era el de un compañero que además vino a la boda: Amjad.

Sentí que por llegar a la hora y no 5 minutos después no podría aparcar donde siempre, pero también temí por los coches aparcados dentro del parque, aunque fuera en un aparcamiento privado. ¿No es lamentable que la imagen que tengo ahora de los sindicatos, que tantas cosas buenas han hecho, sea esta?. Pues sí, pero creo que es más culpa suya que mía. Si ellos no sufrieran la misma enfermedad de la que adolecen los partidos políticos, otro gallo cantaría.

Una vez en el trabajo, yo diría que había un 40% de asistencia, menos de lo que yo me esperaba. Aunque, a esa hora, solo un porcentaje mínimo había dicho que faltaban por la huelga, el resto o se lo había pensado mejor ese día o simplemente se lo habían cogido de vacaciones. En el restaurante donde solemos comer, a la hora habitual, digamos que la mitad de las personas aunque cuando nos íbamos ya estaba casi lleno. En otras empresas, prácticamente sin cambios. El único sitio donde parece que hubo algo más de seguimiento fue en las funerarias y no porque los funerarios se pusieran en huelga sino porque la gente prefirió no morirse ese día. Así que tampoco tuvieron mucho trabajo.

Y poco más. Al acabar el día fui hasta la gasolinera, me encontré con el coche impoluto y, aliviado, lo dejé de lado momentáneamente para sacar una foto al contenedor de basuras calcinado.




Así acabó la segunda huelga general que me ha tocado vivir en mi vida laboral.
Domingo 2-0 Huelgas generales. pero no adelantemos acontecimientos que la vida es muy larga, esperemos, y habrá ocasión de recortar distancias.

Un saludo, Domingo.

¡¡¡Qué insignificantes somos!!!

A principios de esta semana me sentía especialmente bien físicamente. Era como si nada fuera a poder conmigo. Quizás estoy exagerando un poco pero sí que tenía una cierta convicción de que el resfriado de mi mujer no me iba a pasar factura. En cambio, un par de días después estaba con picor de garganta, mucosidad en las vías creadoras de mucus (lo de respiratorias realmente no les era del todo aplicable).

Lo bueno fue que asumí mi derrota a tiempo. Asumí que una, con perdón, "mierdecilla de bichillo" de tamaño nanométrico que pulula por los aires pudiera dar al traste con la confianza que tenía en mi salud física. Tomé paracetamol y la verdad es que me fue bien, aunque todavía hoy sigo con las molestias típicas del resfriado. Por otro lado, el jueves, en pleno resfriado, fui a pasar el reconocimiento médico en la empresa. Curiosamente esta vez me han llamado ellos y no he sido yo el que he tenido que solicitarlo. Aunque creo que tiene que ver que ahora los reconocimientos médicos los paga el seguro médico que te contratan mientras que antes no era así.

Pues bien, me pesaron después de comer y después de hincharme de beber agua para el resfriado y di un par de kilos más de lo que podría haber dado pero bueno, no es algo que me preocupe. Sobre todo teniendo en cuenta que la primera vez que fui al reconocimiento médico pesaba muchísimo más. Luego me hicieron la prueba de la vista, la de audición, el electrocardiograma ... todo normal. Eso sí, me dijeron que soy hipertenso. Tenía 14-9 y me preguntaron si no me lo habían dicho nunca. Respondí que soy donante habitual de sangre y normalmente siempre tengo 14-8, 13-8 aunque alguna vez he tenido 14-9. De hecho, cuando empecé a donar, hace ya algunos años, un día tuve la tensión alta y me recomendaron que la siguiera durante un par de semanas. Así lo hice y el resultado fue que había sido algo puntual: estaba normal.

Así que nada, habrá que ver cómo evoluciona, si era algo puntual, estupendo. Si comienzo a tener la tensión alta con mi edad, habrá que seguir los consejos habituales que son:

-Hacer deporte -> Tendré que hacer todavía más deporte, no solo jugar dos veces por semana sino probablemente dar paseos largos con los perros.
-Reducir la ingesta de sal -> que en mi caso creo que no es excesivamente elevada pero bueno.
-Perder peso -> algo que de todas formas tengo que hacer.

Así que somos doblemente insignificantes. En primer lugar porque llega cualquier bichito y te mete en una cama (cuando no una tumba) con menos dificultad de la que tuvo David con Goliat. Y por otra porque tú puedes creer que estás perfectamente y llega cualquier análisis y te enciende una luz ámbar a la que te quedas mirando con la misma intensidad que si fuera oro y la misma cara de póker que si recibes en tu casa un producto de propaganda interna de la empresa para la que trabajas. ¿El motivo? porque ha cumplido un múltiplo de 5 años, así que te obsequia numerosas fotos de jefes, de algunos de los cuales, ni siquiera has oído hablar nunca. Posiblemente en EEUU tiene más sentido que aquí. A pesar de todo lo conservaré porque parte de su vida, afortunada o desgraciadamente, ha sido y es parte de la mía.

Un saludo, Domingo.

Padres e hijos

En realidad lo que me pasó sucedió antes de recibir este powerpoint:
http://www3.powerpoints.org/21/zips/Hijos.pps

Y no estoy seguro de que tenga mucho que ver, salvo que hay hijos por en medio. Dice el powerpoint que solo se aprende a ser hijo cuando se es padre y que solo se aprende a ser padre cuando se es abuelo. No termino estar del todo seguro. Entre otras cosas hasta hace unos siglos, la esperanza de vida de una persona estaba en torno a los 35 años y así, era complicado que un abuelo conviviera mucho tiempo con sus hijos. Entiendo que algunos sí, pero la mayoría es obvio que no.

Por otro lado, suponiendo que aceptamos la teoría de la evolución, que ya hasta hay que precisarlo, tendrían que haber sobrevivido los mejores padres y, quizás, ayudados en alguna medida por los mejores abuelos. Alguien decía también por ahí que la menopausia era un mecanismo natural desarrollado para que las abuelas pudieran ayudar a las madres en la cría de sus hijos. Yo más bien creo que simplemente nuestro mecanismo de envejecimiento no había sido puesto a prueba de modo intenso tal como lo hacemos ahora en los países desarrollados.

Visto así, creo que somos los mejores hijos posibles cuando somos hijos y los mejores padres posibles cuando somos padres. Y, por supuesto, no solo lo somos sino que lo seremos y lo demostraremos llegado el momento. Pero esto no es de lo que quería hablar.

La semana pasada estuve en una fiesta de cumpleaños, la de Leo, el marido de mi prima y padre de mi ahijada. Fue una fiesta de disfraces y la verdad es que hubo disfraces magníficos. Yo llevé el mío de jugador de fútbol, el único que tenía y el único que estaba dispuesto a ponerme tras lo que solían ser dos horas de partido, dos horas que en aquella ocasión fueron tres.

Así que estuve durante todo el cumpleaños prácticamente desaparecido en combate. A todo el sudor que había derramado por la mañana se le unió el del calor propio del aire libre durante el veranillo del membrillo. ¡¡¡Y eso que no paré en todo el día de beber líquidos!!!. Durante parte del evento me senté simplemente a observar a la gente. Estaba la pareja hispano-germana que conocí hará unos 8 años y que no se acordaban de mí. Cuando los vi aquella vez, tanto el hijo menor de mi prima como el de la pareja no eran más que recién nacidos. Ahora ambos son hombrecitos y tienen hermanos menores "a su cargo".

Estos niños me parecieron especialmente interesantes porque no parecían dominar el español tal como cabía suponer a niños de su edad. Luego escuché decir a sus padres que ven toda la televisión en alemán. Eso lo explicaba. La madre me dio algo de pena pues decía algo así como que a veces lo pasaba mal porque veía que se expresaban mejor en alemán, idioma que ella aparentemente no habla. Tener padres con diferente lengua nativa es una ventaja para esos niños, sobre todo si los padres hacen las cosas "bien" y cada uno habla con ellos en su lengua.

Pero también es cierto que conviene que ambos hablen la del otro para que no se produzcan este tipo de cosas. En concreto, ahora los niños podrían planear una trastada o ponerse en peligro, estando su madre presente, hablando en alemán.No es que sea demasiado importante pues lo pueden hacer también a sus espaldas, pero es un ejemplo.

Siguiendo con los niños, también estaba mi ahijada, que no reconoció a sus tíos que se habían disfrazado para el evento cambiando los roles, la tía iba disfrazada de tío y el tío de tía, teniendo tío y tía en este contexto el significado que deben tener.

Y mientras su hermano y su primo creían que jugaban con una espada y un hacha de juguete, juguetes que iban en plena correspondencia con sus disfraces de indio y de árabe. Yo hablé con ellos intentando explicarles que no llevaban una espada y un hacha sino una cimitarra y un tomahawk. No parecieron muy interesados en la diferencia. Un rato después volví a preguntarles por los nombres y ya los habían olvidado.

Y a todo esto, también había por allí un tío y un sobrino. El tío se había hecho cargo ese día del sobrino, era su responsable directo. La cosa empezó mal cuando el niño se quiso quitar la camisa porque hacía calor. El tío le dijo que mientras que los otros niños no se quitaran sus disfraces, él tampoco debía hacerlo. El niño torció el gesto, posiblemente con razón y asintió. Posiblemente ahí empezó algo que se ha producido ya más de una vez.

La motivación del tío para que el niño hiciera eso podrán o no existir y podrán o no entenderse y no voy a entrar en ellas. Pero sí en lo que pasó a continuación pues fui testigo de una charla entre los dos en la cual el tío le decía que era su tío y debía obedecerle. El niño le miraba con ojos de fuego y no decía nada. Bueno, sus cuerdas vocales no vibraban pero las pupilas de sus ojos sí y decían que ...

El tío le contestó algo así como que dejara los "cojones" para otro sitio y le hiciera caso. El niño no dijo nada mientras le miraba fijamente. No pude evitar pensar en César Millán o cualquier otro adiestrador y sus razonamientos con los perros. La batalla dialéctica, si es que a eso se le puede llamar batalla dialéctica, la ganaron los 70 u 80 kilos y el medio metro largo de diferencia que había entre los dos pero el resultado estuvo lejos de ser una derrota. Lamentándolo mucho, me da que volverá a reaparecer, a no tardar mucho y entonces quién sabe qué pasará.

Y es un buen chico, vive Dios que lo es, pero le faltan lo que da inicio al título a la entrada: "Padres". Y no sé si afortunada o desgraciadamente para él, tenerlos, los tiene.

Un saludo, Domingo.

Don Quijote 2 de 3

Esta entrada debía haberla escrito la semana pasada pues tenía el final de la versión en castellano antiguo más fresca. De hecho, mientras leía el final intentaba tomar nota mental de dos o tres puntos que me llamaron la atención, para incluirlos en la entrada. Ahora mismo no sé cuáles eran. Creo que uno de ellos era cómo los sueños, por no decir pronósticos, de Cervantes sobre la repercusión de su novela, se mostraron muy pero que muy insuficientes. Y no me extraña. Me reitero en todo lo que la primera vez; más convencido si cabe después de haberlo comprendido mejor (aunque no del todo, que leer antes de acostarse también implica eso).

Así que, por no repetirme mucho y porque me gustaría comentar también otras cosas, comentaré a vuela pluma otras cosas que me han gustado de la relectura:

- Me gustaron las excusas del segundo tomo a los errores que se habían cometido en el primero. De nuevo, eso de hacer referencia en el segundo tomo a gente que ha leído el primero, es soberbio. De hecho, ahora mismo no recuerdo ningún otro caso similar, ni en libro bueno ni el libro malo. Por ejemplo, no me imagino a Harry Potter hablando con un muggle y comentando cómo se salvó de Voldemort.

Supongo que el hecho de que pasaran varios años entre parte y parte facilitó este hecho. Al igual que la aparición de la apócrifa segunda parte.

- Como dije antes, me gustaron las predicciones del propio Cervantes.
- Me gustó la lección de humildad a la que somete Cervantes al bachiller Carrasco al hacerle moder el polvo en su primer encuentro con el Caballero de los leones, otrora de la Triste Figura.

- No me gustó una cosa. Si hoy en día surgiera un Don Quijote, estaría a los dos minutos en televisión, posiblemente, por no decir seguramente, en un Reality Show. Y sus amigos no pelearían por salvarlo, más bien acudirían también a pillar una tarta del pastel. Mientras, la gente que se telealimenta de basura, seguiría dándole la razón a los que programan esas cosas de más que dudoso gusto.

No hay duda de que en cuatrocientos años hemos ganado en mucho, pero también hemos perdido. Quizás, lo duro de aquellos tiempos, convertía en mejores personas a la gente. O quizás no, ¿quién sabe?. Yo, al menos, no lo sé. Lo único que sé es que, tras otra paradinha técnica, otro libro entretenido, volveremos al ataque, subiremos el Tourmalet, o casi mejor el Angliru, del Quijote en francés.

Un saludo, Domingo.