El caso es que he ido a mirar el blog del año pasado para ver qué estaba haciendo yo por estas fechas y me he encontrado con la sorpresa de que no había ninguna entrada en octubre :-O. Así que he ido al de Bratislava y entonces sí que he encontrado alguna que otra cosa. Y precisamente alguna que otra cosa que estuve comentando hará unos días con alguien o sobre la que he estado pensando. Por lo pronto, veo que hace un año, día más o día menos, que tuve la gastroenteritis que me tuvo un día en cama y varios días ronco. Hace también un año, día más o día menos, que estuve buscando sin éxito algún líquido isotónico y al final me tuve que contentar con tónica Swep..., como se escriba :-), de sabor limón. Y faltan unos días para que haga un año desde que vi nevar camino al trabajo.
Hace un año empezaban mis dos últimas semanas de asignación en Bratislava. Está bien eso de que haga un año, así el cansancio de los aviones es solo un vago recuerdo y los libros que leí y la experiencia vivida es un buen recuerdo. Uno de esos recuerdos es, precisamente, el cambio de hora. ¡¡¡Qué sensación tan rara eso de que sea de noche a las 4 de la tarde!!!. Y otro de ellos es el "Je descends" de aquel pasajero en París. Eso es precisamente lo que comentaba el otro día con dos compañeros.
Empezamos a contar batallitas sobre vivencias pasadas en aeropuerto. Creo que salió a relucir tras hablar de una película que, según parece, protagoniza George Clooney y va sobre eso. Entonces, las anécdotas se sucedieron y dos de nosotros habíamos pasado por la experiencia de que el vuelo se retrasara porque alguno de los pasajeros, al final, no voló. Bueno, en mi caso el pasajero había entrado y, se supone que su pánico a volar, le aconsejó salir de nuevo. En el otro caso lo que pasó es que una señora se había emborrachado en el bar al lado de la terminal y ni siquiera se enteró de que la llamaban.
Cambiando de tema, esto creo que fue el martes de esta semana (lo de los comentarios, no lo de la borrachera de la señora). El jueves tuve un día un tanto curioso. En primer lugar, tras la comida, me dirigí a la comisaría a renovar el carnet de identidad. Me encontré con que abrían a las 15:00 y había gente haciendo cola. Yo tenía la esperanza de que no cerraran, no hubiera mucha gente y poder entrar yo antes de las 16:00 que era la hora a la que tenía la cita. Para colmo de "desgracias" (es obligado entrecomillar esta palabra dada la extraordinaria tibieza de los hechos que relato), no llevaba fotografía y la tienda de fotos tampoco abriría hasta las 16:30. A todo esto se sumaba que yo tenía una reunión de trabajo precisamente a las 16:00. Así que nada, un pan con unas tortas.
No me quedó más remedio que volver al trabajo y llegarme al final del día. Así hice. Tuve suerte para encontrar aparcamiento, me saqué las fotos y llegué a la cola. Pregunté, pensando que todos tendrían su número, y me encontré con que era la cola de los "sinnúmero". Volví a preguntar y me dijeron que no sabían cómo iba aquello. Íbamos bien. Así que me acerqué al agente que custodiaba la entrada y volví a repetir las preguntas. Este hombre, con cara de ... "lo voy a tener que colar porque tenía cita y el resto se me va a enfadar" me preguntó que a qué hora tenía la cita y por qué no había podido acudir. Le contesté, le expliqué también que no me importaba guardar cola pero que simplemente quería saber cómo iba aquello. Y entonces me dijo que pasara y le dijo a alguna de las funcionarias que había por allí que tenía número. Y nada, tras un ratito firmando, pagando ensuciando lectores de huellas y demás, salí con mi DNI nuevecito. Igualito que hace unos años.
De hecho, creo que hace 5 años (que fue la última vez que lo renové) todavía te daban el resguardo y tenías que pasarte al mes siguiente a recoger el carnet. No toda las modernidades son malas, en absoluto, Es más, ahora después voy a intentar pasarme por alguna tienda a ver cuánto cuestan los lectores digitales de DNI electrónico. He visto por ahí alguno barato pero creo que eran para una torre. Lo suyo es que sea USB para poderlo poner en los portátiles ¿no?. La verdad es que dudo que alguna vez vuelva a comprarme una torre. Como mucho, un monitor grandote como el que hay en casa de mis padres :-D.
Y creo que ya está. Este punto es tan bueno como cualquier otro para dar fin a esta un tanto insustancial entrada. Esta, a pesar de tiene que ver con el tiempo, creo que no la voy a etiquetar como "cápsula del tiempo". No sé por qué :-D. Ahh, hablando de tiempo, estoy viendo Lost. Quizás comente algo al igual que cuando comenté sobre Frasier. O quizás no. Ya veremos.
Un saludo, Domingo.