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sábado, 24 de julio de 2010

Responsabilidades

Es algo que se supone sin tenerlos pero que además te confirman los que los tienen. La mayor responsabilidad es un bebé y no digamos si es el tuyo. Luego, también se supone y también te lo confirman los que los tienen que un bebé proporciona muchas satisfacciones. Y también se supone y también lo confirman los que las tienen que quien dice un bebé dice una criatura.

Y es que ya hay una criatura viviendo en la caseta de perro. La criatura no es nueva, todo lo contrario, pero han hecho falta que se meta por todos lados (por los que indudablemente no debe) para que haya que preservarla en una casa donde goza de menos libertad pero de más seguridad.

Elizabeth, pues tiene nombre de reina, llegó el otro día tan contenta y quedó enamorada de la casa desde el minuto uno. De la suya también. Eso sí, a los pocos minutos nos dejó un regalito de bienvenida que tardaremos en olvidar. Pero bueno, al menos fue en el patio. Por lo demás y sobre todo con un animal que ha vivido en la más absoluta libertad, ahora toca sacarla, que se dé su paseíto, que haga sus cosas y que, con ella, mueva a los dueños.

Y en medio, habrá que aprender cosas que no se sabían o se ignoraban. Por ejemplo, cuáles son las señales que te envía un perro cuando está listo para exteriorizar su malestar interno independientemente de su naturaleza más o menos sólida. Por ejemplo, si puedes confiar lo suficiente como para sacarla sin la correa. Por ejemplo, si sus aparentes ganas de volver a casa responden más a lo que cree que esperas de ella o a un deseo propio. Y no solo eso, también habrá que madrugar o trasnochar para darle su merecido paseo. Esta mañana, sin ir más lejos, me desperté un poquito antes para sacarla antes de coger el coche para ir al fútbol.

Por otro lado, también es cierto que proporciona mucha alegría ver cómo te "hace fiesta" cuando cree que la vas a sacar, cuando se sacude el agua con esa contracción tan característica de los diferentes músculos del cuerpo, acabando por los del culillo, que son particularmente graciosos. O cuando anda a tu lado con el rabo enhiesto de tal forma que parece un pointer. Y ya no es que te dé alegría es que causa pasmo pensar en un perro que no ladra absolutamente nada, que se queda quieto para que le haga cualquier cosa, que es bastante obediente para no haber sido adiestrada y que puede llegar a preferir la comida de gato al pienso de perro :-).

De nuevo en el lado malo, puedes dejarla en el patio trasero pensando que no cabe por los barrotes de la reja y encontrarte a los dos minutos que ya no hay perra en el patio trasero. Eso, por ejemplo, es lo mismo que con un bebé, no le puedes dar un segundo de ventaja porque lo aprovechará. Son dos responsabilidades, diferentes pero responsabilidades al fin y al cabo.

Un saludo, Domingo.

2 comentarios:

  1. Prométeme que cuando la perra se abalance sobre un carrito de bebé no le dirás al padre: "No, si es muy buena. Sólo quiere jugar. Es que le gustan mucho los niños" :-o.

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  2. A ver, realmente es muy buena aunque no sé cómo actuaría con un carrito de bebé. Por ese mismo motivo, una de las cosas que tengo que hacer es una valla de quita y pon justo para esos casos. Pero no encuentro la madera para hacerla y que no pese mucho.

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