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sábado, 17 de julio de 2010

El mundial (I)

Esta semana, alguno que hay por ahí daba por hecho que hablaría del mundial en el blog. La verdad es que hasta entonces no lo había pensado pero imagino que hubiera sido inevitable. El caso es que no he vivido este mundial de una forma especialmente intensa. Más bien como vivo el fútbol desde hace unos años para acá: me interesan los resultados, sigo algunos y veo poco.

Empezando por el partido contra Suiza, según algunos lo mejor que le podía haber pasado a España. Según otros, como por ejemplo Juanma Lillo, entrenador de primera apodado Juan Malillo por las malas lenguas, eso es una soberana tontería y perder nunca viene bien. Yo estoy más con los primeros, creo que le vino muy bien y que el único efecto negativo es que al final hay cuatro jugadores del equipo campeón que no han podido disputar ni un solo minuto ya que, a partir de entonces, la selección jugó final tras final.

Pues bien, el partido contra suiza fue en horario de trabajo. En la empresa habilitaron una sala con televisión para quien quisiera verlo, recuperando luego las horas, por supuesto. Yo no fui. Escuché la primera parte y en la segunda ni eso pues me llamaron y estuve ocupado. Al volver a mi puesto, miré en http://news.google.es y las noticias que había hacían referencia al gol recibido. Pensé que no habría acabado, que no podía acabar así pues estos jugadores tienen la confianza suficiente como para remontar algo así en los últimos minutos. Pero no, habíamos perdido y nos tocaba sacar la calculadora.

La calculadora decía que en el segundo partido había que golear. Al menos dos, que fueron los que marcamos. Ese partido lo empecé a ver en la tele de la cocina mientras hacía la ensalada. Vamos que más que verlo lo escuchaba. Impresionante el primer gol de Villa (resumen de goles de España con canción de Shakira) y un tanto exasperante la cantidad de ocasiones falladas. Pero bueno, era comprensible. Los goleadores sabemos que cuando tenemos presión por golear, fallamos más :-).

Del tercer partido contra Chile vi solo los goles y varios trozos porque mientras lo tenía puesto en el televisor del salón, me dedicaba a regar las plantas. 2-1 y clasificados como primeros de grupo.

Llegaban los partidos serios, empezando por el primero contra la Portugal de Cristiano Ronaldo. De ese partido vi solo la segunda parte porque durante la primera fui a comprar y lo iba escuchando por la radio del coche. Creo que fue ese día cuando vi a unos vecinos que habían sacado su televisión plana, la habían puesto encima del muro exterior y veían el partido desde fuera cómodamente sentados con sus cervecitas y su barbacoa. Lo mejor del partido, sin duda, la reacción del equipo tras el gol pues entonces sí que empezó a jugar realmente bien.

Tras los octavos, los cuartos, teóricamente accesibles contra Paraguay. Ese partido lo estuve viendo de nuevo a medias. Llegué a casa aproximadamente cuando empezaba. Mientras jugaban la primera parte no recuerdo qué hice, posiblemente regar de nuevo y luego me duché. Al salir de la ducha escuché un griterío y pensé que España había marcado. Pero no, Casillas había parado un penalty :-O. Poco después la entrada de Pedrito daba sus frutos y ... marcaba Villa a tres bandas. Yo era uno de los que quería que marcara Pedro y así siguiera con su particular récord pero no, los postes estaban caprichosos y un poco más y nos dejan sin gol. Eso sí, me reí a mandíbula batiente cuando vi la jugada ... y que acababa en gol, naturalmente.

En semifinales nos esperaba la Alemania que había humillado a Maradona (momento impagable, por cierto. ¿Cómo pueden los argentinos tenerle esa fe que le tienen a ese tipo). El partido lo vi la primera parte con mi suegro y escuché la segunda camino de vuelta a casa. En concreto, el gol de Puyol. Fantásticos, de ese partido, el ganarle a Alemania (a la que, como ya contaré, admiro) con su propia moneda y la lección de fútbol que dio España. En ese momento me di cuenta de lo buenos que son los jugadores del Barcelona y el Barcelona en sí mismo.

Y llegó la gran final. Se presuponía que iban a chocar de frente la naranja mecánica contra la paella mecánica. Al final nos dieron de naranjazos en todos los lados pero ganamos, que es lo importante. Ese partido lo medio vi completo. Empecé poniendo Tele5 pero como quiera que no me gustan sus retransmisiones, sintonicé la radio y apagué el volumen de la televisión. Problema, la cadena donde escucho los deportes últimamente, Onda Cero, no se pillaba bien en la minicadena. Así que nada, puse el ordenador, que está conectado a la tele y sintonicé allí Onda Cero por internet (sobre todo en linux puede hacerse poniendo la siguiente ruta en el vlc
mms://a797.l507241184.c5072.l.lm.akamaistream.net/D/797/5072/v0001/reflector:41184

Pero había cerca de un minuto de retardo así que decidí que lo escucharía por la radio mientras estaba con el ordenador y que, luego, volvería pasar a la televisión. Así hice. Pasó la primera parte, la segunda, el pie milagroso de San Íker redivivo, la otra parada a Robben y ... el golazo de Iniesta. Y ya está, campeones del mundo. Cierto es que cada cierto tiempo miraba noticias en internet para ver cómo informaban de ello los grandes medios extranjeros pero creo que ahí llegó el mundial. Bueno ahí y que ayer me rapé y digo a todo el mundo que ha sido por la celebración :-D.

Ahora, llega el momento de algunas reflexiones. La primera es que me alegré, pero me alegré especialmente por los valores que simbolizan estos chavales. Chavales cuya única pega es que son más de la generación de mi hermano que de la mía, pero bueno. Me encantó el gesto de Iniesta con Dani Jarque. Busqué en internet el show de Pepe Reina pues es todo un crack que se lleva de miedo con el único portero del que se hablará internacionalmente (beso excluido).

Y me alegré sobre todo por toda esa gente que sí se alegra de verdad con estas cosas. La gente que se rapa, que cuelga banderas en los balcones o las pega en el coche. No voy a decir que no soy capaz pero tampoco le encuentro mucho sentido. En cambio sí que me gusta verlo. Casi lo mejor del mundial ha sido ver las calles engalanadas con la bandera. Cuando vas a EEUU es habitual, la bandera es omnipresente. Yo incluso digo que no entiendo cómo hacen bañadores con ella pues ponerte la bandera de tu país en el culo ... Cuando fui a Portugal, hacía un par de años de la Eurocopa que habían perdido contra Grecia y todavía se veían las banderas en muchos balcones.

En resumen, me alegré porque percibí un sentimiento patriótico que considero positivo. Durante el mundial no pude dejar de acordarme de esta cita que me habían enviado hace unos meses:

"El patriotismo está orgulloso de las virtudes de una nación y ansioso por corregir sus defectos; también reconoce el legítimo patriotismo de otras naciones, con sus virtudes específicas. El orgullo del nacionalismo, en cambio, proclama las virtudes de su país y niega sus defectos, mientras desdeña las virtudes de otros países. Quiere ser, y se proclama, "el mas grande", pero no se requiere grandeza para una nación; sólo bondad". -Sydney J. Harris, periodista y autor (1917-1986)

Ese sentimiento patriótico que yo percibía indudablemente estaba a veces manchado por el sentimiento nacionalista. Sentimiento nacionalista como el recurrente de ciertos políticos que deseaban un empate con Alemania y que se decidiera a penaltys porque ellos no pueden desear otra cosa sin que el prócer que pergeñara su ideología se revolviera en su tumba. Y sentimiento nacionalista como el del par de personas que tenían en su balcón una bandera de España con un inconstitucional águila.

Dicho de otra forma, me encantó ver a Xabi, a Xavi (al que se empeñan en llamar "Chavi" cuando él ha dicho más de una vez que se pronuncia "Savi"), a Puyol, a Piqué, a Busquets, a Llorente. Me encantó ver a Xavi y Puyol besando el escudo con la estrellita de campeones y posteriormente posando con la Senyera. Me dio lástima pensar que por culpa de unos políticos gestos tan normales como que Pedro sacara la bandera de Canarias, con Xavi o Puyol tuvieran que tener otro significado.

No sé cuánto durará esta inercia pero me imagino que poco. No en vano estamos en tiempos post evacuación de sentencia del Estatut y se escucha cada tontería que es para enmarcarla pero bueno. Esa fue posiblemente la principal razón por la que me alegró que ganara la Selección.

Al fin y al cabo, que veinte millonarios, de los cuales la mayoría gana en un año lo que nosotros en toda nuestra vida, ganen un trofeo, tampoco tiene por qué significar nada solo por el hecho de que vayan vestidos de rojo o de azul. En ese sentido es exactamente igual que con la liga de fútbol, la copa de Europa etc.

Me decía Jesús que de pequeño una de sus ilusiones era que España ganara un mundial. Yo no recuerdo qué sentía ni cuánta ilusión me hacía. Sí que recuerdo que, con unos cinco años, mi tío me compró una equipación de España. Supongo que no sería original pero tampoco importa. Si yo tuviera un hijo o un sobrino ahora, posiblemente iría al chino de la esquina y también le compraría una. El hecho de recordarlo pasados casi 30 años bien lo merece.

Un saludo, Domingo.

1 comentario:

  1. Visto desde un punto de vista tan racional no tiene ninguna gracia. Por eso yo he preferido vivirlo de forma irracional ¡OEEEOEOEOEOEEEEEEEEOEEEEEEE!

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