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sábado, 12 de junio de 2010

De tiempo, tiempos y edades

Hoy toca divagar un poco ...

Supongo que la percepción del tiempo siempre es relativa al tiempo que se ha vivido. De esta forma, un niño de cuatro años percibe otro año más como la cuarta parte de su vida, toda una eternidad. Ahora, un año es aproximadamente un tres por ciento de la mía, algo comparativamente pequeño, algo pequeñito.

El caso es que las semanas vuelan. Los fines de semana también pero a diferencia de los primeros, los fines de semana se dedican íntegramente a cosas que te gustan :-). Pero claro, la semana sigue estando dedicada casi de forma exclusiva a trabajar (y gracias), jugar un par de partidos con el fin de rebajar ese par de kilillos que alivien la presión de las rodillas y la vuelta de la tendinitis y a las cosas de la casa que da tiempo a hacer, claro está.

En ese sentido, mi vida de casado no ha supuesto ningún cambio radical. Bueno, quizás que ya no es necesario abrir el messenger por la noche :-). Pero sí pareciera que la semana pasa incluso más rápido. Recuerdo que el año pasado ya lo sentía de forma especial con los viajes a Bratislava. Ibas el lunes con la seguridad de que en un plis plas estarías volviendo el viernes, a pesar de las horas y horas de vuelos y aeropuertos.

Como digo, esa percepción del tiempo no es algo nuevo, pero lo que sí es es la percepción de los niños. En particular recuerdo cuando mi tía dice en público que me conoció con 3-4 años. El otro día se celebraba el cumpleaños de un sobrino, dos años ya. Supongo que será normal, pero no me acuerdo de cómo era de bebé. De igual forma, otra sobrina tiene ya unos 7 años y cuando la conocí debía tener aproximadamente la misma edad que tiene ahora mi ahijada. Su hermano es 5 años mayor y, a pesar de haberlo visto también crecer, su imagen de bebé es básicamente la de las fotografías que conservo por ahí.

Entiendo que depende del número de veces que veas a un niño. O quizás también del cromosoma Y, no sé. El caso es que las mujeres sí que dicen ... pues tal niño es igualito que su hermano o hermana con su edad.

Y casi por último, muestras palpables de que el tiempo vuela. Poco después de entrar en la empresa, un compañero tuvo una sobrina, la primera. Hace poco tuvo él un hijo y, al ir a verlo, me encontré con aquella niña que ya tiene diez años y es casi más grande que yo. Hoy, ha venido también Giovanni a jugar al fútbol. Una vez hace años lo intentó. Yo le había prometido, jurado y perjurado que nosotros íbamos hiciera frío, calor, lloviera o incluso nevara. Aquel día llovió y no apareció nadie ... excepto él. Él iba además con su hijo, de meses, y su señora. Supongo que ese fue el momento en que la señora le sugirió que no volviera a jugar conmigo :-). Pues bien, hoy ha hecho un nuevo intento y esta vez con mejor fortuna. Hoy, al igual que hace años, venía acompañado de su hijo. Y la verdad es que es solo cuestión de darle unos añitos al niño, tampoco muchos, y podrá estar allí jugando con nosotros porque, para ser un niño, yo le he visto bastante coordinación, esa que a mí me suele faltar.

Un saludo, Domingo.

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