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miércoles, 3 de febrero de 2010

He llamado a la grúa

Este comentario, junto con otro que posiblemente he olvidado, debía haberlo escrito hace una o dos semanas, pero esto es lo que hay :-). El caso es que hace un par de semanas el ordenador había dejado de funcionar normalmente. Se encendía y, tras unos minutos funcionando de forma normal, se apagaba sin previo aviso. A continuación si lo intentabas encender de nuevo, duraba encendido solo unos segundos.

Sospechaba que podía ser problema del ventilador pero no le encontraba mucho sentido porque aparentemente estaba bien. De todas formas, me bajé el Speedfan, un buen programita, gratuito, para poder ver precisamente las temperaturas que puede alcanzar tu máquina. Lo primero que vi fue que la temperatura estaba bastante alta, unos 60 grados o más. Pero también me resultaba raro porque aparecía esa temperatura en uno de los dispositivos, aparentemente una cpu, mientras que para la otra marcaba una temperatura mucho menor. Y era raro porque en realidad era un único procesador por mucho que pudiera tener doble núcleo.

En cualquier caso, era encender el Chrome (que necesita bastantes recursos) y en cuanto se le exigía algo, el ordenador se apagaba. Ya estaba claro ... y en botella. Así que desmonté el ventilador e intenté limpiarlo como buenamente pude, incluyendo dejar perdidos el cubo de la basura y posteriormente el lavabo, al soplar en el interior done había mucho polvo. A continuación lo puse y pasó a enfriar bastante más, llegando los picos de temperatura a los 70 grados o así. Pero al menos no se apagaba.

Al día siguiente fui a una tienda de informática a comprar pasta disipadora (o como se llame) o incluso un ventilador nuevo, que fue lo que finalmente compré. Llegué cuando faltaban 10 minutos para que cerraran y había mucha gente. Había dejado el coche aparcado en la entrada a un colegio, sitio que me pareció mucho mejo que en doble fila donde lo había puesto otras veces, aunque visible desde la tienda, por si molestaba.

Entre la gente que había en la tienda y la música que tenían puesta alta, no escuchaba nada. Hubo un momento en que me pareció escuchar un claxon pero tras pegar la oreja, dejé de escucharlo así que pensé que no sería el mío. Esperé a que me terminaran de atender y salí con mi bolsa. Al salir mis temores se convirtieron en realidad. Un caballero estaba intentando salir del colegio y no podía porque mi coche le impedía el paso.

Me apresuré y nada más llegar me disculpé porque no había escuchado nada (fue una ligera mentirijilla porque sí que me había parecido escuchar aunque luego dejara de hacerlo). El caso es que el caballero, procedente de algún país indeterminado de Suramérica (aunque esto no aporte nada a la historia), no quería atender a mis excusas. Supongo que estaría harto de que le pasara lo mismo y siempre con la misma tienda, no sé. El caso es que le reiteré mis disculpas, intenté también explicarle por qué había dejado el coche allí, que era simplemente porque pensaba que a las 8 de la noche no habría nadie en un colegio mientras que en una calle estrecha y en doble fila era mucho más probable que el coche estorbara.

Pero no había suerte, el caballero seguía diciendo que no había derecho, que llevaba no sé cuánto tiempo esperando (creo que ahí él también exageró) y demás. Entonces pasé a intentarle explicar por qué no había podido escuchar nada, que era fundamentalmente a causa del volumen de la música de la tienda y ... por supuesto él me seguía recriminando mi acción. Es más, llegado un momento me dice:

"Pero es que eso no es excusa, no se puede aparcar aquí"

Y entonces le contesté que no lo consideraba una excusa, que ya me había disculpado varias veces y podía incluso disculparme otra si era lo que quería pero solo quería que supiera por qué había pasado aquello. Y nada, visto que el hombre seguía erre que erre con sus reproches y que aparentemente lo que anhelaba era que yo le contestara indignado y empezar una escalada de reproches, entré en mi coche y me dispuse a marcharme. En ese momento, me dice ... "pues que sepas que he llamado a la grúa para que se llevara tu coche". Algo que no terminé de entender del todo pero bueno, le dije que estaba en su derecho y me marché.

Lo curioso del caso no es el caso en sí sino que, siendo como soy especialmente escrupuloso con todo lo relacionado con el tráfico y dejar el coche mal aparcado durante mucho (o poco) tiempo, es la segunda vez que me pasa. La primera vez me pasó en el apartamento. No había sitio donde aparcar y lo dejé bloqueando un par de coches, con una nota que indicaba cuál era mi móvil y mi apartamento para bajar si molestaba. Ese procedimiento era habitual y lo había visto muchas veces en otros vecinos, aunque yo apenas lo había utilizado.

El caso es que no tocaron al portero, mejor dicho, no tocaron bien y, supuestamente, hartos de esperar, fueron a buscarme. Creo que iba a ducharme en ese momento y le dije que bajaba en un segundo. Me comentaron que eso cómo podía ser y le contesté que si quería podía salir desnudo. Me vestí, salí y reconocí al vecino en cuestión. La discusión se desarrolló en términos parecidos a los del colegio, me disculpé mil veces, expliqué por qué había hecho aquello pero ninguna disculpa ni razón era válida. Lo único importante era que yo era un insolidario, un cara dura y no sé qué más. Visto que no tenía mucho sentido seguir con la discusión, lo comenté abiertamente y me metí en el coche para quitarlo. Entonces me vienen a decir algo así como que no le diera la razón como a los locos y que no moviera la cabeza. Volví a decir que no tenía sentido continuar con la discusión y me fui, avancé unos metros y aparqué en un sitio que se había quedado libre.

Ahí quedó la cosa. El caso es que parece que no tengo mucha suerte con estos casos. Alguna vez he sido yo la víctima, me he cabreado como un mono pero cuando ha llegado la persona y se ha disculpado, le he dicho que intentara que no volviera a ocurrir o estar más atento y ya está. O será que a ellos nunca les ha pasado. Lo mismo pasa cuando la gente está conduciendo el coche, no solo dentro intentando salir. Supongo que es el volante, que saca de lo malo a lo peor de algunos de nosotros.

Un saludo, Domingo.

2 comentarios:

  1. Supongo que estos que discuten contigo se aprovechan al encontrar a uno que pide disculpas. Lo que dices que has hecho, sin estar bien, es muy leve comparado con lo que hacen otros, que, además, cuando se les increpa responden de mala manera.

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  2. Con el cambio de blog, no había configurado la alerta de comentarios y ni siquiera me había dado cuenta de que los había recibido. Perdón. De todas formas, yo creo que se aprovechan más de alguien que no las pide. Esas personas les dan lo que ellos quieren, que es pelea.

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